Hoy es el Día Internacional de la Fibromialgia.
Quizá hayan visto la pintura hecha por la artista mexicana Frida Kahlo, en la que se observa a la misma artista aguijoneada por clavos en distintos puntos de su cuerpo. Las historias urbanas aseguran que Frida padeció fibromialgia.. La sufrió hasta el último día de su vida sin saberlo, pues en ese entonces no se conocía la enfermedad.
Mientras estaba en cama, pintó el cuadro.
Con esta obra de arte podría comenzar a explicar, en términos sencillos, lo que significa la fibromialgia, una enfermedad tan extraña como desconocida, con causas hasta ahora ocultas, que afecta en un 98 % a mujeres, aunque también hay hombres que la padecen, y, lamentablemente, últimamente también se han detectado niños que la sufren.. Su característica principal es un dolor musculoesquelético crónico de origen desconocido, acompañado de una sensación de fatiga aguda y crónica y otros síntomas como la falta de aire, más frío o más calor del normal y muchos otros.
Viendo las cosas desde una perspectiva un poco negativa, podría decirse que es una “enfermedad sin salida”. No hay manera de detectarla en un análisis de laboratorio o radiográfico, cuesta mucho diagnosticarla, de ahí que hay personas que deambulan de médico en médico, hasta que alguien, por fin, la diagnostica. Además, no tiene cura hasta el momento.
Cuando me preguntan qué siento, es difícil explicarlo. Entender lo que “se siente” padecer fibromialgia es complicado. Lo cierto es que solo quien está en la piel de un paciente puede comprenderlo a cabalidad.
Los neurotransmisores son como los cables de electricidad de nuestro cuerpo. Para los que tenemos esta enfermedad, es como si esos cables dejaran de tener esa cubierta de aislación. Entonces, el dolor que una persona normal puede sentir, nosotros lo experimentamos 10 a 15 veces más.
Hay ocasiones en que se siente literalmente dolor en la piel. Es como si tocaras una tetera caliente, esa sensación en toda la piel. De donde viene, no sé, pero sé que es real.
El dolor no es parte de la vida; pero se puede convertir en la vida misma.
Yo, personalmente, trato que esto no me quite la alegría de vivir, pero a veces tengo planes, compromisos, invitaciones, y llegado el momento, simplemente no puedo ir, y tengo que disculparme, dar explicaciones, etc. lo cual me da mucha pena, porque también arrastro a Robin, pero gracias a Dios él me comprende.
Tal vez alguien que me esté leyendo sufra esta enfermedad, o tenga algún pariente o amigo con ella. Vaya para ellos mis respetos, mi comprensión y mi apoyo. Y lo importante: nunca rendirse.
Saludos a todos.
Maru