lunes, 22 de febrero de 2016

Vacaciones

Hola a todos.  Acá es época de vacaciones.  Así que nos hemos dedicado a pasear y salir a recorrer lindos paisajes que hay por aquí.
Les dejo fotitos.  Hay que disfrutar de la vida mientras se pueda.
Ahora acaba febrero y hay cambio de época, comienzan las clases, todos vuelven al trabajo, viene el invierno y todo vuelve a la rutina, esperando el próximo verano para descansar y vacacionar.

Esta foto es muy divertida, sacada en un momento preciso, Robin, Susi y Pelusa en uno de los tantos lagos de por aquí.

 Haciendo un alto en el camino para comprar empanadas, y como a mí me encantan los columpios, aproveché la oportunidad.

 Jugando naipes a la orilla de un lago

Cruzando de Niebla a Valdivia en barcaza, ya que el puente está un poco saturado y se demora mucho.


A orillas del Lago Ranco, Bahía Coique.  Hermoso.

Los tortolitos en Los Ángeles

Con la familia de Robin en Los Ángeles, comiendo muchas cosas exquisitas.


Tomando un rico café helado en el Restaurante Cosas Ricas, en Valdivia

En una muestra de hongos nativos


Y eso por ahora.  Gracias a los que pasan por aquí, aunque no dejen comentarios, y también a los que sí los dejan.
Un abrazo
Maru

martes, 9 de febrero de 2016

Atrapasueños



A veces despierto con la sensación de estar atrapada en un sueño.
Un sueño a veces dulce, a veces cruel donde tus ojos me buscan y se esconden.
Un sueño donde puedo tomar tus manos, besar tus labios.
Un sueño donde todos los imposibles dejan de serlo.
Un sueño donde invento historias que vivir, amores que disfrutar, cuerpos que gozar.
Y me veo atrapada entre tanta emoción, tanto sentimiento.
Mezcla de placer y dolor.  
Ilusiones y cuentos de hadas.
Y, de repente, todo vuelve a sus tinieblas.
Y despierto y todo ha quedado enredado en un atrapasueños.
26 de enero - 2016
Maru

miércoles, 3 de febrero de 2016

Un libro

El año 1997, encontré este libro que me hizo ver la vida de otra manera.
Este libro me ayudó a reconciliar mis anhelos espirituales y creativos con el trajín de la vida de obligaciones cotidianas. Sabía que no era la única mujer agotada, deprimida, confundida y agobiada.
Pero también tenía la certeza de que yo no era, ni por asomo, la mujer poseedora de las respuestas.
Este libro me ayudó a reencontrar nuevamente el encanto de la vida simple y a entender que debía ser más amable conmigo misma y disfrutar las pequeñas cosas de la vida de forma diferente.
 

Sigo sin computador y no sé realmente cómo dejar esta entrada más bonita. ¡Echo tanto de menos mi computador!
Les dejo un beso hasta la próxima.
Maru