Tus ojos muestran que no amaste la lluvia
y que nunca supiste que existió la infancia.
Jamás te perdonaste la tristeza,
ni tus ojos vieron florecer la vida.
No rozó la ternura tu existencia,
ni oíste amor, ni diste, ni sentiste.
Tus ojos muestran que no amaste la lluvia,
y que nunca supiste que existió la infancia.
Maru