viernes, 17 de noviembre de 2017

Fatiga crónica


Uno de tantos colaterales de la fibromialgia es la fatiga crónica.  
Tal vez la más común.  Estoy sufriéndola desde hace un par de semanas.  Tanto, que ni siquiera he podido leer. 
No sé cómo podrían comprender quienes no la sufren, el hecho de que levantar los brazos es una lucha, doblar una toalla es un esfuerzo supremo, y no hablemos de lavarnos el pelo, los brazos pesan como piedras, los pies llevan mármol y sólo podemos arrastrarnos cada 20 minutos a la cama.  Aun así, he seguido haciendo pequeñas cosas, me niego a rendirme, aunque tenga que descansar mucho en el día.  
Como dijo Morgan Freeman: "sólo tengo una vida y no voy a permitir que la fibromialgia me quite la alegría de vivirla."  Desde que me la diagnosticaron fue mi lema; y aunque se acerca escondida con cuchillos que me hieren, siempre encuentro la forma de contratacar y no rendirme y no lo haré, aunque alguna vez, como ahora, reconozco que me está ganando esta batalla, pero nunca ganará la guerra.
Un abrazo para todos, gracias por estar ahí.
Maru 

4 comentarios:

  1. Vaya Maru, siento que lo estés pasando mal, pero tienes carácter y para ganar una guerra siempre antes se perdió alguna batalla. Lo importante es no dejarse abatir, aunque me imagino que a veces no debe ser nada fácil. Intenta seguir haciendo cosas por pequeñas que sean, para mantener el ánimo en pie. Un abrazo.

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  2. Tu actitud es la que te mantiene animada, cuando haces viajes o labores pienso en lo fuerte que eres. Espero que esta racha se te pase pronto, te abrazo flojito

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  3. Kochana dużo zdrowia i gorące pozdrowienia dla Ciebie:)

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  4. Como te entiendo, Maru, he vivido 20 días en ese infierno, al final parece que no es Fibromialgia lo que me aquejó de golpe, sino alguna enfermedad reumática, que al menos tienen un tratamiento más específico. Espero que el día 4 mi reumatólogo le ponga por fin nombre después de concluidas todas las pruebas y analíticas.

    Lo mejor, es que perdí cinco kilos. Ahora lo celebro, pero ya sabes como es, que te voy a contar.

    Nadie puede comprender lo que se sufre, porque parece increíble, si no ha pasado por ello.

    Todo mi cariño, Maru, y aunque cueste hay que seguir adelante con humor, creatividad y ganas.

    Un abrazo,

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El alma se alimenta de palabras, y tus palabras son muy importantes para mí. Déjame algunas y seré muy feliz.