“Respira”
No supe de dónde vino esa voz. No era capaz de moverme.
“Respira, no pasa nada”
Estaba en pleno ataque de ansiedad. No sé si la gente me miraba, no era consciente.
Sólo sentía morir, mi corazón latía desenfrenado, me sentía fatal, no podía hablar ni abrir los ojos.
No era consciente de que estaba en un lugar público.
De todas las voces que escuchaba, sólo ésa me llegaba “Respira”
Los mareos fueron pasando y pude abrir los ojos, sólo para encontrarme con otros. El que me decía “Respira”.
No supe de dónde vino esa voz. No era capaz de moverme.
“Respira, no pasa nada”
Estaba en pleno ataque de ansiedad. No sé si la gente me miraba, no era consciente.
Sólo sentía morir, mi corazón latía desenfrenado, me sentía fatal, no podía hablar ni abrir los ojos.
No era consciente de que estaba en un lugar público.
De todas las voces que escuchaba, sólo ésa me llegaba “Respira”
Los mareos fueron pasando y pude abrir los ojos, sólo para encontrarme con otros. El que me decía “Respira”.
Cómo lo agradecí. Y más agradecí que se quedara a mi lado, un hombre que sin duda tenía cosas qué hacer, que iba a algún lado, tal vez apurado, tal vez atrasado.
Incluso tuvo la deferencia de conseguirme un vaso de agua.
“¿Estás mejor? recuerda, sólo tienes que respirar”.
Incluso tuvo la deferencia de conseguirme un vaso de agua.
“¿Estás mejor? recuerda, sólo tienes que respirar”.
Una sonrisa y un “adiós, cuídate”.
“Respira”
Y por fin respiré.
Un héroe anónimo, mi salvador.
Gracias.
“Respira”
Y por fin respiré.
Un héroe anónimo, mi salvador.
Gracias.
Es muy angustioso. Un beso
ResponderBorrarAsí es respirar a ritmos
ResponderBorrarBuena jornada 👍
!Hola Eugenia¡
ResponderBorrarEs un relato precioso, amiga, no se si verdad o ficción, pero me emocionó y me gustó muchísimo. Felicidades, reina.
Te mando besitos, salud, paz y amor, que la vida te sonría y que la ilusión te abrace para vivir con alegría.
Se muy,muy feliz.
Me encanta leerte Y respiro más
ResponderBorrarSuper blog
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarBuen relato, los buenos samaritanos están al lado de muchas personas.
ResponderBorrarAbrazos.
Escribes muy bien
ResponderBorrarEres aunténtica
Una buena muestra, de que aún hay personas que se preocupan por los demás.
ResponderBorrarMuy bonito relato.
Un abrazo, amiga Eugenia.
Hola Eugenia, el relato muy entrañable siempre hay personas que atienden a los demás .
ResponderBorrarBesicos
Un situación que has descrito con mucho realismo. Me has hecho hasta respirar de manera consciente, Maru. Alguien desconocido que se para, que ayuda en un momento angustioso. Y digo que tu relato es genial y auténtico, porque he estado a los dos lados de la historia, atendiendo y atendida... Respiro y te dejo un abrazo grande.
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