Ha sido una visita triste e inesperada a Santiago, pero hoy ya me voy a mi Valdivia querida. Igual estoy contenta porque vi a mis hijas amadas.
Ahora, a retomar mi vida, a no pasar tanto frío, porque el frío en Santiago es insoportable, y reunirme con mi amorcito, Róbinson.
Habrá otra visita con más tiempo y menos tristeza.
Maru