“Respira”
No supe de dónde vino esa voz. No era capaz de moverme.
“Respira, no pasa nada”
Estaba en pleno ataque de ansiedad. No sé si la gente me miraba, no era consciente.
Sólo sentía morir, mi corazón latía desenfrenado, me sentía fatal, no podía hablar ni abrir los ojos.
No era consciente de que estaba en un lugar público.
De todas las voces que escuchaba, sólo ésa me llegaba “Respira”
Los mareos fueron pasando y pude abrir los ojos, sólo para encontrarme con otros. El que me decía “Respira”.
No supe de dónde vino esa voz. No era capaz de moverme.
“Respira, no pasa nada”
Estaba en pleno ataque de ansiedad. No sé si la gente me miraba, no era consciente.
Sólo sentía morir, mi corazón latía desenfrenado, me sentía fatal, no podía hablar ni abrir los ojos.
No era consciente de que estaba en un lugar público.
De todas las voces que escuchaba, sólo ésa me llegaba “Respira”
Los mareos fueron pasando y pude abrir los ojos, sólo para encontrarme con otros. El que me decía “Respira”.
Cómo lo agradecí. Y más agradecí que se quedara a mi lado, un hombre que sin duda tenía cosas qué hacer, que iba a algún lado, tal vez apurado, tal vez atrasado.
Incluso tuvo la deferencia de conseguirme un vaso de agua.
“¿Estás mejor? recuerda, sólo tienes que respirar”.
Incluso tuvo la deferencia de conseguirme un vaso de agua.
“¿Estás mejor? recuerda, sólo tienes que respirar”.
Una sonrisa y un “adiós, cuídate”.
“Respira”
Y por fin respiré.
Un héroe anónimo, mi salvador.
Gracias.
“Respira”
Y por fin respiré.
Un héroe anónimo, mi salvador.
Gracias.