Una ciudad no se hace en un día. Pero sí se puede destruir en un día. Basta un incendio, una lluvia persistente y torrencial junto con una salida de río.
Tal vez un apagón. Millones de personas sin luz, sin Internet, sin comunicación, sin teléfonos ni celulares. Sin televisión. Tal vez eso sería lo que destruiría la ciudad.
El hombre, desprovisto de sus más grandes adicciones, se convertiría en un ser maligno, saldría en las sombras a mitigar su ira. Destruiría todo a su paso, robaría, saquearía, violaría, cobraría venganza por los agravios que hubo sufrido, verdaderos o imaginarios.
Las familias tendrían que hablarse, y saldrían a la superficie la ira, la rabia, la incomprensión, los celos, los temores y los más oscuros pensamientos, y, así, también el pilar de la vida se destruiría.
¿Y qué vendría después? No lo sé y no lo quiero saber.
Tal vez un apagón. Millones de personas sin luz, sin Internet, sin comunicación, sin teléfonos ni celulares. Sin televisión. Tal vez eso sería lo que destruiría la ciudad.
El hombre, desprovisto de sus más grandes adicciones, se convertiría en un ser maligno, saldría en las sombras a mitigar su ira. Destruiría todo a su paso, robaría, saquearía, violaría, cobraría venganza por los agravios que hubo sufrido, verdaderos o imaginarios.
Las familias tendrían que hablarse, y saldrían a la superficie la ira, la rabia, la incomprensión, los celos, los temores y los más oscuros pensamientos, y, así, también el pilar de la vida se destruiría.
¿Y qué vendría después? No lo sé y no lo quiero saber.
Me temo que tienes razón. Un beso
ResponderBorrarNos dejas reflexionando, no es un tema baladí y hay que razonar sobre ello, Un abrazo
ResponderBorrarUna simple chispa puede desencadenar una tragedia.
ResponderBorrarBesos.
Prefiero no pensar en lo que vendría después Eugenia. Un escrito muy certero.
ResponderBorrarBesos.