A pesar de que lo dejamos,
habrás reparado en que jamás he pasado por tu casa a recoger la gran cantidad de cds, películas y libros que dejé allí.
Da lo mismo. Ya no importan demasiado.
Ni siquiera aquella figurita de cristal tan linda. Tuya es.
Pero no me he ido con las manos vacías.
Me he llevado algo muchísimo más preciado.
Supongo que habrás notado que ha desaparecido tu jabón de baño.
Lo tengo yo. Ahora lo uso cada día y huelo a ti.
Tengo tu olor.
Es mi pequeña venganza.
Camino por la calle, y observo como las mujeres se giran, esperando encontrar al atractivo caballero que tú eres, y me encuentran a mí. Disfruto con el recorrido de su rostro: Sonrisa - Extrañeza - Repugnancia - Odio.
Soy feliz así. La venganza es dulce.