Mirando hacia la oscuridad o dentro de ella, Ana se preguntaba ¿hasta dónde y hasta cuándo decir no?, sentía que poner un mar o un metro de distancia era demasiado complicado y era una decisión de costos y de pérdidas y éstas han sido siempre tan dolorosas, tan grises y una carga muy pesada de llevar. Pero, permitir que todo lo propio se extraviara, que la sonrisa y su voz cantora se apagara era también un peligroso viaje al abismo.
Finalmente se quedó dormida, y al comenzar la mañana, cuando la luz del día es más bien azul, se puso de pie, ordenó sus cosas y decidió que le ponía punto final a esta etapa de la vida para iniciar otra, para atreverse de nuevo y para intentar recuperar la libertad perdida, pero eso le generaba mucho miedo... y se fue buscando una historia que le permitiera decirse a sí misma que el cambio de ruta era posible y que aún no tenía un mapa que le ayudara a emprender nuevos pasos... sin culpas.
Una amiga de Ana, un poco loca y con afán de escritora, le decía que el tiempo y la distancia curan todas las heridas, y aunque era consciente de que era algo más que eso, no podía evitar pensar que Ana en su encuentro debía afrontar las dudas, las certezas, los encuentros y desencuentros, dejarlo fluir y dejarse ser.... la felicidad es una actitud y aunque no siempre resulta fácil asumirla depende de lo que intentemos hacer y de las cosas que queremos ser.
-Ana, la felicidad no puede ni depende de si nos equivocamos en el camino de este arte que es vivir, depende de que amemos lo que tenemos , lo que es posible y también de amarnos a nosotras mismas...
Sin culpa Ana, sin culpa.
(Para Ana, en su afán de independencia, - 1996 – nunca supe si lo consiguió)
No es fácil marcharse y dejar todo atrás. Un beso
ResponderBorrarAsí lo hice yo-.Dejé atrás todo para Recomenzar
ResponderBorrarSin culpa. Y si hay logro es nuestro. Seguro que lo consiguió, quien lo intenta merece lograrlo. Un abrazo
ResponderBorrarDecía Quevedo que "nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres" ; espero que Ana tuviera suerte y lo consiguiera.
ResponderBorrarProfundo relato. Yo creo que la felicidad se da en las pequeñas cosas y la forma como vemos la vida. Te mando un beso.
ResponderBorrarSin culpa.
ResponderBorrarEso es.
Buen consejo le diste.
Ojalá consiguiera todo lo que quería.
Besos.
Cada quien toma su camino y construye su vida
ResponderBorrarSaluditos 💐☺️
Gracias por tus comentarios, buen finde
Espero que Ana consiguiera dar otro rumbo a su vida.
ResponderBorrarAbrazos.
Muy bonito!!! Espero que encontrara su camino.
ResponderBorrarBesitos fuertes
Muy querida Eugenia Maru : Me llegaste con algo que necesitaba leer hoy " la felicidad no puede ni depende de si nos equivocamos en el camino de este arte que es vivir, depende de que amemos lo que tenemos , lo que es posible y también de amarnos a nosotras mismas..." Gracias, mil gracias. Te abrazo con mucho aprecio.
ResponderBorrarInicio de un corazón sano: vivir y sentir sin culpa. Las equivocaciones son aprendizajes en el maravilloso camino que es la vida.
ResponderBorrarAbrazos Maru
Ya lo decía mi paisano Antonio Machado: el camino se hace al andar, aunque nos cueste trabajo dar el primer paso por ese sendero desconocido, hay que hacerlo si queremos soltar el lastre que nos atenaza en la búsqueda de la felicidad.
ResponderBorrarMuy bonito, Eugenia.
Un fuerte abrazo.
La culpa sólo genera abismos, y caer en uno es el premio de atreverse a ser.
ResponderBorrarLa culpa se generó hace unos dos mil años... 2024 para ser exactos, nadie se cuestionaba en tu hacer, el hacer no era pecado, sino gozo y vida.