domingo, 23 de marzo de 2014

De animales...

 Después de nuestro gran dolor por la pérdida de nuestra amada Yorkshire Cuqui, y de decir que nunca más.... porque se sufre mucho ante una pérdida... aquí estamos... esperando a Pelusa.
Ella es hermanita de Cuqui, nació el 14 de febrero (bonita fecha) y estamos esperando a que esté lo suficientemente grande para separarla de su mamá.
Yo siempre he tenido perros y gatos, bueno, cuando era soltera, en una enorme casa donde vivía, en Santiago, siempre hubo perros grandes, de patio. Recuerdo a Lumpi, a Pichintún, a Mitzi y seguro alguno se me queda.
Después, cuando tuve mi propia casa, hubo perros también, también de patio. Recuerdo a Luli, que murió atropellada la primera vez que salió a la calle. Luego, Peluche, que se arrancó y nunca más apareció.  Y luego Mitzi, que era una loca rematada.  Recuerdo que cuando lograba meterse a la casa, se orinaba de pura contenta y costaba sacarla.  Era una mezcla de cooker con algo. 
Cuando nos mudamos a un departamento con mis hijas, tuvimos que dejársela a mi ex cuñado, quien tenía espacio donde cuidarla y tenerla (toda la familia es amante de los animales, por lo que sabíamos que iba a estar bien).
Y en esa casa, aparecieron los gatos.  Nunca me gustaron demasiado, pero fueron llegando y mis hijas los alimentaban y el resto ya se sabe.  Filomena, que tuvo gatitos, de los cuales Arnold se quedó con nosotras.  Josefina, que nunca logró que sus cachorros sobrevivieran.  Después, Murci, que fue la terapia de mi hija Melissa en un difícil momento.  Negro entero de ojos verdes, precioso... y Bruno.  
Arnold murió de leucemia, está enterrado en la casa que vendimos.
Mitzi murió hace poco, de viejita.
Murci murió el año pasado, de viejito, y mi hija adoptó a Brida.
Bruno, un gato plateado hermoso, bueno como el pan, se quiso hacer malabarista y cayó por una ventana en el departamento de Santiago.
Murci se deprimió sin su compañero, y adopté a Violeta.
Violeta vivió conmigo acá en Valdivia, en el otro departamento, pero lamentablemente mi marido es alérgico a los gatos y la tuve que mandar a Santiago.  Luego, mi hija Melissa se fue a vivir a Concepción y ahí está, feliz con Brida.
Y luego tuvimos a nuestra amada Cuqui, que nos dejó en febrero y que echamos tanto de menos.
Mi hija menor hace como 4 años, adoptó a Lorenzo Vicentico (sí, así se llama), un salchicha mal genio pero lindo y regalón. Y vive con ella en Santiago.
Y ahora esperando a nuestra Pelusa, de quien esperamos nos alborote la paz de ser sólo mi marido y yo.  Que nos saque de la rutina, que nos ame y nosotros amarla y cuidarla mucho.
Y así termina mi relato animalístico de hoy.
Cariños, Maru

Lorenzo Vicentico

Nuestra amada Cuqui

Violeta

Brida





4 comentarios:

  1. Thank You for visiting Me and Your kind comment.You are the first ever visit from Your country so I was pleasantly surprised.My family loves pets-both dogs and cats,they are a wonderful gift from God and I'm so sorry for Your recent loss.Blessings-Denise

    ResponderBorrar
  2. We have a cat, have never had dogs. You get so much company and love from an animal, so it is always sad to lose them. I am sure you will be happy with your new one!

    ResponderBorrar
  3. How adorable! You have such a sweet family :-) My kitty sends hugs to your two cats.

    ResponderBorrar
  4. So lovely. You have a great pets family. The first little dog is very cut. See you soon.

    ResponderBorrar

El alma se alimenta de palabras, y tus palabras son muy importantes para mí. Déjame algunas y seré muy feliz.