viernes, 27 de mayo de 2022

Mi "lápiz"

 



De repente mi "lápiz" se bota en huelga , se enreda y se niega a derrochar su tinta. Lo respeto, respeto su inmovilidad y su negativa.
Hoy es uno de esos días.


Maru


viernes, 20 de mayo de 2022

Regalo

 


Te dedico la Luna. Mejor no. Ya muchos la han dedicado. Es más, quizás ya te la dedicaron muchas veces y la volviste a aceptar con la misma sonrisa, con la misma ilusión. Pensando que ésta puede ser la definitiva. Y tampoco fue la definitiva. La Luna ha sido regalada muchas veces sin saber. La han prostituido con amores banales que terminan por estúpidas decisiones. No le hagamos eso.

Te regalo una rosa. Mejor no. Ya muchos han regalado rosas.  Es más, quizás ya te regalaron muchas docenas y las aceptaste con ese usual brillo en tus ojos, con esa ilusión que tanto te caracteriza. Quizás las colgaste boca abajo en tu closet intentando conservarlas, pero al igual que todas las otras rosas, terminaron en el mismo basurero municipal siendo nada más que polvo.

Te regalo un peluche. Mejor no. Ya muchos han regalado. Es más, quizás ahora yo utilizo de almohada ese peluche que otro te había obsequiado. Siempre terminan llenos de polvo y deshechos por el azar y tus tempestades. Puede ser que le hayas derramado lágrimas de varios viejos amores. Terminan siendo la representación miserable de un amor que no duró ni trascendió. El recuerdo insensato y constante de otro de tus fracasos.

Te regalo un perfume. Mejor no. Ya muchos han regalado. Es más, ese mismo aroma te servirá para ir después por la vida. Lo olerán muchos, y les gustará a muchos otros. Acercarás a muchos a través de tu aroma y estaré de regreso en tus pensamientos, aun cuando no debería. Si no te tengo conmigo, tampoco quiero estar en tus pensamientos. No me interesa estarlo y tampoco quiero que mi recuerdo te persiga.

Por eso, te regalo este poema que será sólo tuyo. Prometo no volverlo a regalarlo.


(Desconozco el autor)

lunes, 16 de mayo de 2022

Miedo

El miedo es una boa que se enrolla en tu cuello  y no te suelta.  Sientes cómo te comprime la garganta, el pecho, no te deja respirar y luchas para que el aire entre a tus pulmones.  El corazón se desboca.  Es un momento aterrador.

Luego, de a poco, sientes que te empieza a soltar.  Luego empiezas a preguntarte por qué, de qué y a dónde va ese miedo.

Sientes que te va abandonando, que la boa te va soltando y por fin puedes respirar.

La cabeza deja de dar vueltas, tu cara toma color de nuevo y sabes que lo has logrado;  una vez más.


Maru