sábado, 16 de noviembre de 2013

Cuatro años


Ayer se cumplieron cuatro años desde que arrivé a mi hermosa ciudad natal, Valdivia, con una maleta llena de sueños y un poco de temor a lo desconocido.
Debo decir que ha sido una buena decisión, no me he arrepentido.  Todo ha ido bien, dejando de lado mi salud, pero ya no es tema para mí, vivo cada día sin preocuparme de nada.
He sido feliz, lo único que me desespera de repente es este clima tan hostil a veces.  Mucha lluvia, mucho viento, y tan impredecible.  El otro día salí y me pilló un temporal hasta con granizos; llegué mojada de pies a cabeza.
Pero así y todo, es la ciudad más bella para vivir.  Y bien acompañada, mejor todavía.
Le agradezco a Dios por estos años y a Robin por hacerme tan feliz.
Maru

sábado, 9 de noviembre de 2013

Dedales

Últimamente he recibido muchos dedales, cada cual más hermoso.  Algunos los he comprado en Ebay a buen precio y envío gratis, y la mayoría llegados de regalos, intercambios, etc. Aquí fotitos de algunos.

                              De Antonio Morales, España

Iniciales de Diana y Carlos; siluetas de ambos

De Lur, España

De Beatriz, Argentina

De Inglaterra

La chica de Afganistán
Maru



sábado, 2 de noviembre de 2013

Te regalo....


Te dedico la Luna. Mejor no. Ya muchos la han dedicado. Es más, quizás ya te la dedicaron muchas veces y la volviste a aceptar con
la misma sonrisa, con la misma ilusión. Pensando que ésta puede ser la definitiva. Y tampoco fue la definitiva. La Luna ha sido regalada muchas veces sin saber. La han prostituido con amores banales que terminan por estúpidas decisiones. No le hagamos eso.

Te regalo una rosa. Mejor no. Ya muchos han regalado.
Es más, quizás ya te regalaron muchas docenas y las aceptaste con ese usual brillo en tus ojos, con esa ilusión que tanto te caracteriza. Quizá las colgaste boca abajo en tu closet intentando conservarla, pero al igual que todas las otras rosas, terminó en el mismo basurero municipal siendo nada más polvo.

Te regalo un peluche. Mejor no. Ya muchos han regalado. Es más, quizás ahora yo utilizo de almohada ese peluche que otro te había obsequiado. Siempre terminan llenos de polvo y desechos por el azar y tus tempestades. Puede ser que le hayas derramado lágrimas de varios viejos amores. Terminan siendo la representación miserable de un amor que no duró ni trascendió. El recuerdo insensato y constante de otro de tus fracasos.

Te regalo un perfume. Mejor no. Ya muchos han regalado. Es más, ese mismo aroma te servirá para ir después por la vida. Lo olerán muchos, y les gustará a muchos otros. Acercarás a muchos a través de tu aroma y estaré de regreso en tus pensamientos, aun cuando no debería. Si no te tengo conmigo, tampoco quiero estar en tus pensamientos. No me interesa estarlo y tampoco quiero que mi recuerdo te persiga.

Te regalo este poema que será sólo tuyo. Prometo no volverlo a regalar.