jueves, 28 de abril de 2022

Ausencia

 


Tocarás mi ausencia,
olerás mis caricias,

verás el deseo antes de dormir
y sentirás mis alas al amanecer.


miércoles, 20 de abril de 2022

Nunca, nunca

 Nos negamos a asumir nuestra responsabilidad. Somos incapaces de reconocer los errores que cometemos, desde los más leves hasta los graves. Siempre hay alguien a quien puedes echar la culpa de tus desfases. Si caemos es porque alguien nos empujó, fallamos porque alguien nos engañó, si fracasamos es sin duda una injusticia y, por supuesto, si algo hicimos mal, fue sin querer, pero nunca, nunca, es culpa nuestra. Somos expertos en poner excusas y retorcer la lógica para mantener a salvo nuestra conciencia. “Deberían habérnoslo prohibido”, “alguien tendría que controlarlo”, “nadie nos dijo que no podíamos hacerlo”, repetimos a modo de justificación, como si no fuésemos capaces de decidir por nosotros mismos lo que está bien, mal o regular. Es la mentalidad que impera en esta sociedad infantilizada que se niega a tomar sus propias decisiones y asumir las consecuencias de sus actos. Necesitamos que nos impongan normas para poder quejarnos de ellas, y si no lo hacen, lamentarnos de su permisividad. Incluso cuando existen, forzamos las reglas hasta el límite y nos jactamos de burlarlas sin reparo, despreciando a quien las cumple. Basta con que nos lo prohíban para que nos apetezca aquello que nunca nos interesó, y si intentan obligarnos nos negamos a hacerlo en pos de nuestra sagrada libertad. Que puedas hacer algo no quiere decir que tengas que hacerlo. Tú mismo debes calcular los riesgos y elegir la opción que consideres correcta, renunciando a cosas que podrían proporcionarte una rápida satisfacción pero también dejarte unas secuelas indeseables. Todo se reduce a una decisión personal. En algún momento tienes que dejar de mirar hacia otro lado y admitir que te has equivocado y reconocer sin enojo que nadie tiene la culpa de verte caer.


DEJEN DE PROHIBIR TANTO, QUE NO ALCANZO A DESOBEDECER TODO


domingo, 10 de abril de 2022

Otoño

 "Abril, el mes de la cosecha... el verano ha concluido y ha llegado el otoño"  (Cyinthia Wickham)


La canción de abril es una cadencia de dos piezas en la que la alegre serenata veraniega concluye para dar inicio a una melodía más grave.  Durante cuatro meses, hemos arado y sembrado en nuestras vidas las conmovedoras semillas de la gratitud, la simplicidad, el orden y la armonía.  Ahora, una auténtica cosecha de felicidad está lista para su recolección y el quinto principio del encanto de la vida simple  -la belleza- nos exhorta a participar de su exuberancia.  Disponte a recoger la abundante cosecha que el amor ha sembrado.


Sarah Ban Breathnach  -  El encanto de la vida simple