viernes, 21 de diciembre de 2018

Una pena de observación

Hola a todos

Hoy les dejo la reseña del último libro que he leído, el cual me hizo reflexionar en cuánto se sufre al perder a tu compañero/a de vida, al que te entregaste en cuerpo y alma.  Sin duda un libro que es un grito de dolor. 

En 1952, la poetisa norteamericana Helne Joy Davidson Gresham, católica, divorciada y comunista, apareció en la vida del cincuentón Clive Staples Lewis, católico, soltero y eminente hombre de letras británico, que ejercía en aquel entonces su magisterio en Oxford.  Helen- H., como se la denomina en el libro- sentía desde hacía tiempo una profunda admiración por Lewis, al que hasta ese momento sólo conocía a través de sus obras y de un escaso intercambio epistolar.  Del encuentro personal surgió el amor, al que el ya maduro escritor se entregó con entusiasmo. Pero la dicha duró poco: Helen enfermó de cáncer y murió, dejando a Lewis sumido en el dolor. El presente libro, excelentemente traducido por Carmen Martín Gaite, es el fruto de ese dolor. C. S Lewis reflexiona sobre su desdicha, sobre la pérdida del ser amado, y que se confronta con Dios, con su aparente ausencia y con la que parece ser su verdadera naturaleza. El vacío, la soledad, la impotencia, el recuerdo, el amor, la fe, la esperanza, la búsqueda de un sentido a tanto sufrimiento, los lugares aún impregnados del ser amado irremisiblemente perdido son el punto de partida de este intenso y emotivo libro, que es un valiente enfrentamiento con lo más íntimo y recóndito de nuestros sentimientos, de nuestro yo enfrentado a la tragedia, con el aparente sinsentido que gobierna la vida de los seres humanos, con la enigmática voluntad divina y con la trascendencia y fuerza redentora del amor. En Una pena en observación C. S. Lewis aborda la etapa de su vida que reconstruye la espléndida película de Richard Attenborough Tierras de penumbra, protagonizada por Anthony Hopkins magistral en el papel del maduro escritor, y por Debra Winger como su esposa.



Aprovecho de desearles a todos una feliz Navidad, que la pasen en familia (yo la pasaré sola, por deseo propio), y que no se vuelvan locos comprando, mejor regalen AMOR, que es lo más importante.  
Mucha paz, salud y lo mejor para el nuevo año que se inicia dentro de poco.
Saludos

martes, 4 de diciembre de 2018

Oscuridad

Una ciudad no se hace en un día.  Pero sí se puede destruir en un día.  Basta un incendio, una lluvia persistente y torrencial junto con una salida de río.

Tal vez un apagón.  Millones de personas sin luz, sin Internet, sin comunicación, sin teléfonos ni celulares.  Sin televisión.  Tal vez eso sería lo que destruiría la ciudad.  

El hombre, desprovisto de sus más grandes adicciones, se convertiría en un ser maligno, saldría en las sombras a mitigar su ira.  Destruiría todo a su paso, robaría, saquearía, violaría, cobraría venganza por los agravios que hubo sufrido, verdaderos o imaginarios.

Las familias tendrían que hablarse, y saldrían a la superficie la ira, la rabia, la incomprensión, los celos, los temores y los más oscuros pensamientos, y, así, también el pilar de la vida se destruiría.

¿Y qué vendría después?  No lo sé y no lo quiero saber.