Vuelvo del infierno....

Vuelvo de mi pasada por el infierno, he pasado por guerras, tormentas y huracanes; como una posesa he corrido con mis demonios. Vuelvo agotada, desarmada, asustada, harta y angustiada.

Logré sobrevivir a mi muerte y resucito cual Ave Fénix.
Pero no canto victoria, los demonios volverán, no sé hasta cuándo podré ganarle a la muerte.

Empiezo a tener la sensación de que algo no funciona.
Como si la suma de todas las drogas ya no pudiera combatir eso que no marcha bien en mí desde el principio. Me siento como un modelo que salió fallado de la fábrica y que mis papás no devolvieron ni hicieron uso de la garantía.

Empiezo a pensar que, en realidad, la bipolaridad no tiene cura, que la felicidad es una batalla constante que tendré que librar mientras siga con vida. Me pregunto si vale la pena.

Empiezo a pensar que nadie me va a querer y voy a terminar sola mi triste vida.

Empiezo a sentir que ya no puedo seguir manteniendo las apariencias ni un día más, y de un momento a otro se me va a empezar a notar.
Ojalá supiera qué es lo que no funciona.

Hoy fui a la psiquiatra enojada y despotricando. Exigiendo soluciones, le dije que no quería tener un cuerpo vivo si por dentro me siento muerta.

Si llevo un año con un tratamiento que no me mejora ni me hace avanzar, hay que probar otro. Me dijo que no dejaba de sorprenderle que el medicamento que se usa en estos casos y que es como seguro de que funciona, en mí no haya funcionado.

Le dije que si no miraba los árboles de uno en uno, nunca se iba a dar cuenta de que yo no estoy en ese bosque.

Me dijo que sí, que íbamos a tener que cambiar el tratamiento y nombró el LITIO. Me dijo que ella esperó que yo tocara fondo para tomar esa medida. Porque trae muchos efectos colaterales no muy agradables: temblor de manos y barbilla, somnolencia, diarreas, vómitos , mareos y lo que menos que me gustó fue que ENGORDA a un porcentaje de personas , buahhhhh... espero no estar dentro de ese porcentaje.

Así que mañana empiezo... no quiero pensar en cómo sentiré; si con los otros me intoxiqué y me demoré meses en tolerarlos, veremos ahora cuánto me demoro en asimilar el litio y qué efectos me producen... así que ya saben, si no aparezco algún día es porque el rest room se ha convertido en mi mejor amigo... aunque pensándolo, me puedo llevar el portátil al baño... ¿ven? todo tiene solución.

Claro que tengo que seguir tomando los otros medicamentos y hacerme varios exámenes renales, hepáticos y de tiroides.

Medio en broma, medio en serio, la verdad es que la mochila se me ha puesto muy pesada y ya no me quedan fuerzas.

Pero tengo fe en que el famoso litio, aunque se me pongan los ojos saltones y la piel verde, me ayude realmente, porque necesito trabajar, necesito poder levantarme, en fin, necesito VIVIR.
Y no quiero que en mi lápida diga: "Muy pronto en mi vida fue demasiado tarde".
Maru