Inés
Cuando Max dejó a Inés, lo hizo de la peor forma posible: en el metro. “Es que esto no nos lleva a nada” ¿sabes?, “lo he estado pensando y no estoy preparado para casarme todavía" ¿sabes?, “quiero viajar, ver el mundo” ¿sabes? “No quiero convertirme en otro Raúl, el de la oficina, que siempre está con una cara de dos metros y su mujer jodiéndolo todo el día por teléfono . Que pasa a comprar esto, que Raulito lo otro, que Rosita necesita zapatos nuevos”. “No quiero eso para mí” ¿sabes? “Y tampoco para ti Inés”¿sabes?. “No estamos preparados para llevar esta relación más lejos” ¿sabes? “Vamos a terminar odiándonos” ¿sabes? “Mejor tú haces tu vida y yo la mía y los dos felices” ¿sabes? “Pero igual podemos quedar como amigos” ¿sabes? “No hace falta ni vernos, para eso está el computador que todo lo acerca” ¿sabes? “Así no perdemos el contacto” ¿sabes?.
Inés está rígida, aprieta el fierro con toda la fuerza de su mano, tanto, que creía que cuando se bajara lo haría con el fierro en la mano. A duras penas lograba contener las lágrimas. Estaba contrita, no podía creer que Max le hiciera esto después de tres años de un “gran amor” como a él le gustaba llamarlo. ¡Y en el metro! ¡Ella le había dado todo, ¡todo! Tres años de su vida para que la desechen en un lleno, maloliente y sucio carro del metro.
Una lección que aprender:
Da, da mucho; pero siempre guarda algo para ti...... ¿sabes?.
Maru