Al fin sus padres la dejaron libre, su madre con su mejor cara de pena y su padre moviendo la cabeza.
Ella se ve en su cama, con su pijamas favorito, una botella de champagne y una caja de chocolates para ella sola. La primera navidad sin compromisos, sin carreras, sin sus padres diciéndole que ya tiene 30, años “el tiempo pasa volando Ratita”. Y cosas por el estilo.
Y de repente, se sintió feliz; el espíritu navideño se instaló en ella y decidió seguir las tradiciones, pero sola.
Compró un árbol, le colgó manzanas rojas de madera y unas velas también rojas. Envolvió una caja y la puso debajo del árbol para que por lo menos pareciera que había un regalo.
Incluso casi se reconcilia con Neil Diamond y pone su disco de canciones navideñas.
Cuando ya iba a ser medianoche, a Katy le pasa algo extraño y corre a su dormitorio.
A la media hora estaba de espaldas en la cama con sendas bolsitas de té para desinflamar los ojos de tanto llorar.
¡Cresta! ¿Quién dijo que era fabuloso pasar las fiestas sola? Hasta echaba de menos el “tesoro” de su madre y el “Ratita” de su padre. Y la pregunta de rigor: ¿no traes a nadie tesoro?
Era feliz cuando pasaba las navidades con sus padres, sólo que ella nunca se había dado cuenta.
Porque cuando uno tiene algo seguro, no lo valora.
Maru
Siempre apreciamos lo que tenemos cuando nos falta. Buena semana
ResponderBorrarAmigui, me ha encantado tu pequeño cuento. Habemos muchas personas como Katy, que decidieron pasar esos momentos consigo mismas y que equivocación. Lo más importante en esta vida es la familia y pasar con ella lindos momentos, así como cuando hay problemas y penas.
ResponderBorrar¡VIVA LA FAMILIA!
Adriana
Por fin parece que voy a conseguir dejarte un comentario!
ResponderBorrarMe gusta tu relato aunque....bueno....depende de las familias...hay veces que es mejor estar solo que mal acompañado ¿no?
Besos
Mecha encantado el relato. esta lleno de sabiduría.
ResponderBorrarcarmen.