No sé si alguien se ha enganchado a los kdramas coreanos, también hay japoneses, chinos, tailandeses, etc. Todo el mundo asiático tiene una industria poderosa, aunque ninguna ha alcanzado los niveles de Corea.
El boom de los kdramas se refiere al aumento de su popularidad a nivel mundial, especialmente a partir de la década de 2010. Este fenómeno, conocido como "Hallyu" o la ola coreana, ha llevado a que series coreanas como "El juego del calamar", "La reina de las lágrimas", "Goblin" , "My dearest" "Mr. Sunshine" y la que rompió records este año "Si la vida te da mandarinas" y muchas más alcancen audiencias masivas en diferentes países.
Servicios como Netflix, Viki otros han facilitado el acceso a audiecias internacionales, permitiendo la difusión masiva de estas series.
Los kdramas suelen presentar tramas bien elaboradas, personajes con los que se puede empatizar, temas universales como el amor, la amistad y la superación personal, lo que genera una conexión con espectadores de diversas culturas. Las históricas son espectaculares, siendo fieles a la época en que están basadas, con escenarios, vestimenta y personajes muy acordes a la historia.
Los kdramas se caracterizan por su alta calidad de producción, incluyendo la actuación, el vestuario, el maquillaje y la cinematografía, lo que los hace visualmente atractivos.
Gracias a estas producciones, muchos actores se han convertido en semidioses para muchos, rayando el fanatismo.
También los idols del kpop han alcanzado fama mundial masiva; el más famoso es BTS, que traspasa países, culturas, edades, sexo. Con sus bien organizados fans, llamados ARMY, han sido todo un fenómeno, y para qué hablar de la fortuna que han amasado.
Yo empecé a ver kdramas en la pandemia, y realmente me sorprendieron. Me gustó que no hay sexo explícito, violencia extrema, drogas, etc. Por supuesto hay producciones que son trhillers, suspenso, intrigas, etc. Y también hay con clichés de Cenicienta, de enemigos que se enamoran, traumas, relaciones familiares, viajes en el tiempo, etc. De todo pues, pero se van cocinando a fuego lento. Así como hay muy buenas, hay algunas que no valen la pena.
En fin, me gustan, me entretienen y a veces me sorprenden y me emocionan.