jueves, 17 de octubre de 2024

Oscuridad



Una ciudad no se hace en un día.  Pero sí se puede destruir en un día.  Basta un incendio, una lluvia persistente y torrencial junto con una salida de río.
Tal vez un apagón.  Millones de personas sin luz, sin Internet, sin comunicación, sin teléfonos ni celulares.  Sin televisión.  Tal vez eso sería lo que destruiría la ciudad.  
El hombre, desprovisto de sus más grandes adicciones, se convertiría en un ser maligno, saldría en las sombras a mitigar su ira.  Destruiría todo a su paso, robaría, saquearía, violaría, cobraría venganza por los agravios que hubo sufrido, verdaderos o imaginarios.
Las familias tendrían que hablarse, y saldrían a la superficie la ira, la rabia, la incomprensión, los celos, los temores y los más oscuros pensamientos, y, así, también el pilar de la vida se destruiría.
¿Y qué vendría después?  No lo sé y no lo quiero saber.

lunes, 9 de septiembre de 2024

Tu silencio

Lo que me quieras decir, dímelo ahora

Luego mis oídos se cerrarán para ti 

Déjame mirarte antes de que mis ojos 

Se cierren para ti 

Déjame besarte antes de que mis labios 

Se vuelvan amargos para ti 

Déjame tocarte antes de que mis manos 

Se vuelvan garras para ti 

Déjame hacerte el amor antes de que mi cuerpo 

Se vuelva prohibido para ti. 

Porque ahí, sólo ahí, 

Sabré si eres mío, 

Sabré si soy tuya. 

viernes, 26 de julio de 2024

Si no fuera...

Si no le tuviera miedo a las alturas, me tiraría en paracaídas y volaría en un globo aeroestático.

Si no tuviera vértigo, correría por las azoteas de los edificios.

Si no fuera tan pequeña, las estrellas estarían más cerca.

Si tuviera más fuerza de voluntad, dejaría de comer carne de una vez por todas.

Si fuera más valiente, practicaría parku y surf.

Si fuera más sabia, habría muchos errores que no hubiera cometido.

Si no fuera tan cobarde, no le tendría miedo al dolor físico, ni al morir de forma violenta.

Si  pensara menos, podría actuar más.

Si no fuera tan cobarde, no me arrepentiría de cosas que no hice.

Maru

martes, 2 de julio de 2024

Un llanto azul

 





En una noche insomne pensaba en tantas cosas... miraba a mi alrededor y veía tantos colores asombrosos.
Dios nos dio una gama de colores tan extensa que a veces no nos damos cuenta de que los colores llenan nuestra vida.
Escribo en una hoja blanca, con tinta negra de un lápiz rojo.  Miro a mi alrededor y veo los tonos de café de los muebles.
Veo el azul del plumón y el rosado de mis zapatillas .
Mi pijamas es azul y mis sábanas una alegoría de colores florales.
Las paredes en tono rosa, las cortinas otro rosa.  El techo blanco, y si miro el armario veo el arco iris; desde el blanco y negro, azul, rojo, verde, café, celeste, rosado.
Vivo rodeada de colores, colores también en la comida, donde se mezclan exquisitos sabores con lindos colores.
Mi bicicleta es celeste, la pasta de dientes es de tres colores y mi cepillo es rojo y blanco.  
Me encanta el amarillo, naranjo, colores alegres que dan energía.
Y cuando tengo que llorar, un llanto azul brota de mis ojos, y muere en mis labios rojos.
Maru

viernes, 14 de junio de 2024

¿Quién no se ha sentido tonto alguna vez?




Háblame de las veces en que hiciste el tonto, arriesgándolo todo para seguir la llama del deseo. Puedo preguntar y escuchar sin juzgar, porque yo también he hecho el tonto.
El año 2003 me enamoré de un hombre que parecía corresponder a todo lo que yo había imaginado: alto, de cabellos oscuros y suaves, ojos café e inteligentes, con un rostro franco y un cuerpo musculoso que irradiaba una masculinidad fuerte y amable. Y me hizo reír mucho, en una época en que necesitaba reír desesperadamente. Todas mis precauciones habituales sobre la rapidez y la medida en que abriría mi corazón y mi vida a cualquier hombre se evaporaban en el calor del deseo que me empujaba hacia él, con las manos abiertas, susurrando: "Vive". No me guardé nada. Lo arriesgué todo. Me dejé amar y amé, profundamente.
Y ocho meses más tarde me quedé con las manos vacías, con un dolor en el pecho como si tuviera una astilla de hielo clavada, mi orgullo hecho añicos. Yo era la tonta.
Admitirlo me molesta bastante. No importa cómo sucedió o por qué no vi las señales de advertencia. El final, aunque fui yo quien lo decidió, me dejó atontada. Pero ahí estaba yo, todavía respirando, aunque me sintiera avergonzada y vulnerable. Incluso huí un mes fuera del país, buscando el olvido. Había vaciado mi rabia hasta el fondo. Me había mostrado ante el mundo como una mujer capaz de pasiones hondas y desatadas que podía pasar por encima de mi habitual habilidad para juzgar el carácter con agudeza y para tomar decisiones después de una cuidadosa deliberación. Yo era la tonta.
Y lo volvería a ser.
No cambiaría ni un solo momento de amor por la seguridad de un resultado previsible o para proteger mi orgullo. Porque aprendí a distinguir entre el ardor y la calidez de la verdadera intimidad, entre el poder y la pasión, entre la intensidad y el amor. Descubrí toda la dimensión de mi anhelo de un compañero, la necesidad de un amigo, un hermano y una pareja donde sólo había buscado a un amante.
Aprendí que ser la tonta no me mataría. ¿Por qué, entonces, nos da tanto miedo parecer tontos?
En este día en especial, no estoy asustada. Estoy dispuesta a hacer lo que pueda, sabiendo cuáles son mis límites. Mi deseo de dar una respuesta al mundo que me rodea, de hacer simplemente lo que soy capaz de hacer con lo que está frente a mí, es, por el momento, mayor que mi miedo de equivocarme, de parecer tonta. Con frecuencia, ese no es el caso.

jueves, 6 de junio de 2024

Un nombre extraño (desconozco el autor)

 



Sigo buscando un nombre
en las columnas verde/azules,
que transitan
y repasan
la conciencia.
Un nombre ajeno
que me adopte como carne,
y que se rompa de una vez
sobre esta imagen.

O que tenga acaso,
algo de magia en las ranuras,
y goce altivo de sabor
dulce y amargo.

Uno que se olvide
por común o masticado,
y no este blanco
que huye al trueno
en mestizaje.

Sigo buscando ese nombre
o quizá,
sin que lo sepa,
tan sólo un cuerpo
y una cara
que no esconda su dolor
entre lo oscuro
de la ceja.

O una historia
que me cuente diferente,
y tenga un punto de partida
en otra tierra,
que proyecte mi camino
en los dobleces.

Sigo buscando un nombre,
una figura, algún bosquejo,
que me abrace a la sombra
que adormezco,
y me haga mujer
a sangre de fusil y beso.

Pero que perdure
ante todo
mis cariños,
y deje al corazón,
éste tan mío,
como virgen…

Y a ese hombre
que yo quiero……
siempre adentro.

miércoles, 15 de mayo de 2024

Manifiesto

 Me declaro obligada a respetar a todos y a cada uno de los seres que habitan esta tierra.

Me declaro con todo el derecho a marcar cuál será la distancia entre esos seres y mi persona.

Me declaro incondicional, única y absolutamente, en el amor y protección a mis hijas.
Renuncio a hacer cosas que no quiero sólo para que otros me acepten.
Renuncio a hacerme cargo de ofensas, enojos o malhumores ajenos, sobre todo si no me fueron comunicados
Exijo mi derecho a que no me den consejos que no pido. 
Exijo mi derecho a que no me enseñen nada que no solicito. Si quiero aprender algo me anoto en un curso o contrato un profesional. Gracias.
Aviso que mi disco rígido esta casi lleno y que el espacio libre estará sólo reservado para MIS deseos.
Declaro que la poca paciencia que me va quedando es propiedad exclusiva de mis dos hijas.
Declaro que sólo voy a rodearme de gente que me haga bien, me agrade y me dé afecto.
Renuncio a las relaciones que me cuestan esfuerzo, dolor y desilusión constante.
Aviso que mis manías y/o defectos sólo irán en aumento. Exijo que no se espere mucho más de mí de lo que ya doy. Es lo que hay. 
Aviso que a partir de este momento digo NO a relaciones de una sola mano. O ponemos ambos o hasta acá hemos llegado. 
Me declaro libre para elegir qué como, qué escucho, qué me pongo y qué escribo
Me obligo a decir la verdad con mi derecho a callarme mis secretos.
Exijo que no me cuenten cosas que me hagan mal o que no pueda resolver.
Renuncio a perder tiempo en adivinar sentimientos ajenos o en disfrazar los míos.
Aviso que voy a intentar vivir cada día más liviana y menos profunda.
Aviso que voy a elegir siempre el camino más fácil sin salirme del marco de la ley y de las buenas costumbres.
Exijo no ser sometida a juicio alguno. Por lo menos no en mi presencia y menos sin juez acreditado.
Renuncio a querer saber todo lo que se dice de mí.
Renuncio a tener que aprender a convivir o interactuar con personas que no me gustan aunque eso me condene a reencarnar indefinidamente. Vivir me gusta mucho así que encantada vuelvo varias veces más.
Queda inmediatamente en efecto todo lo arriba enunciado. He dicho, declarado, y avisado.
Maru, Jess, como si fuera yo

miércoles, 1 de mayo de 2024

Corazón saltando

 ¿Qué hace que tu corazón dé un salto inesperado?

Amor
Sentimiento
Beso
Abrazo
Un perrito que atraviesa la calle inesperadamente y estás a punto de atropellarlo
Un ataque de pánico
Una mala noticia
Una premonición
Un asalto
Un infarto
Sorpresa
Reprimenda del jefe
Discusión con los hijos
Discusión con la pareja
Ver la cuenta del banco cuando falta para fin de mes
Una bicicleta que pasa rápido por tu lado
Ir en un automóvil que va demasiado rápido
Deportes 
Miedo
Podría seguir eternamente 
¿Qué más?

sábado, 16 de marzo de 2024

Gracias

Gracias al sol por envejecer cada tarde entre sus montañas, al agua por correr en diques que buscan caminos donde separar campos y regarlos con afecto, al viento por llevarme hasta los buenos sentimientos de buenas personas. 

Gracias a la luna por cuidar con su mirada a las personas que se extravían en las conversaciones de arreglar mundos, al vino por encenderlas, gracias al humilde por escucharlas. 
Gracias a todo el que sabe decir "de nada".
Gracias al que lee y al que grita, si lo que grita es más hermoso que el silencio.
Gracias al que se lo merece, al que lo sabe, gracias al que debiendo hablar, se calla.
Maru

martes, 20 de febrero de 2024

Ana

Mirando hacia la oscuridad o dentro de ella, Ana se preguntaba ¿hasta dónde y hasta cuándo decir no?, sentía que poner un mar o un metro de distancia era demasiado complicado y era una decisión de costos y de pérdidas y éstas han sido siempre tan dolorosas, tan grises y una carga muy pesada de llevar.  Pero, permitir que todo lo propio se extraviara, que la sonrisa y su voz cantora se apagara era también un peligroso viaje al abismo.

Finalmente se quedó dormida, y al comenzar la mañana, cuando la luz del día es más bien azul, se puso de pie, ordenó sus cosas y decidió que le ponía punto final a esta etapa de la vida para iniciar otra, para atreverse de nuevo y para intentar recuperar la libertad perdida, pero eso le generaba mucho miedo... y se fue buscando una historia que le permitiera decirse a sí misma que el cambio de ruta era posible y que aún no tenía un mapa que le ayudara a emprender nuevos pasos... sin culpas.

Una amiga de Ana, un poco loca y con afán de escritora, le decía que el tiempo y la distancia curan todas las heridas, y aunque era consciente de que era algo más que eso, no podía evitar pensar que Ana en su encuentro debía afrontar las dudas, las certezas, los encuentros y desencuentros, dejarlo fluir y dejarse ser.... la felicidad es una actitud y aunque no siempre resulta fácil asumirla depende de lo que intentemos hacer y de las cosas que queremos ser.

-Ana, la felicidad no puede ni depende de si nos equivocamos en el camino de este arte que es vivir, depende de que amemos lo que tenemos , lo que es posible y también de amarnos a nosotras mismas...

Sin culpa Ana, sin culpa.


(Para Ana, en su afán de independencia, - 1996 – nunca supe si lo consiguió)


viernes, 26 de enero de 2024

No calles




No cierres tu boca, no hagas sonar
ese silencio provocador de calma.
No calles tus risas ni tu llanto, no calles, que yo te escucho.
Escucho admirada tus palabras, para mí son alegres,
pero no motivo de risa,
sino porque son hermosas.
Porque tú las dices, y eres una persona hermosa,
llena de ratos felices;
no te vuelvas triste como las hojas que caen en otoño,
no murmures, que el viento no te escucha.
Maru

viernes, 29 de diciembre de 2023

Deseos 2024

Y se nos va el 2023.  Fue un año de varias pérdidas para mí.  Partieron sorpresivamente personas queridas que no deberían haberlo hecho.  Pero así es la vida.  Estos son los deseos para el 2024 (desconozco el autor).

"Que tengas suficiente felicidad para mantenerte dulce.
Suficientes problemas para mantenere fuerte.
Suficientes penas para mantenerte humano.
Suficientes esperanzas para mantenerte feliz.
Suficientes fracasos para mantenerte humilde.
Suficientes éxitos para mantenerte anhelante.
Suficientes amigos para darte consuelo.
Suficiente fortuna para cubrir tus necesidades.
Suficiente entusiasmo para mirar hacia adelante.
Suficiente fe para mantenerte optimista.
Suficiente determinación para hacer que hoy sea mejor que ayer"

domingo, 10 de diciembre de 2023

Dos palabras




Había un señor que les tenía fobia a los signos de interrogación.  Pero era lo bastante inteligente como para saber cuándo le hacían una pregunta aunque no tuviera los signos. No sé a qué le tenía tanto miedo, pero así era su vida.

Lamentablemente, a pesar de ser bastante inteligente, hay dos palabras que nunca aprendió:  empatía y asertividad.

La empatía es la cualidad de sentir conexión con los demás, de ponerse en sus zapatos, y entender sus sentimientos o motivaciones. 

La asertividad es una habilidad de comunicación, de expresar de forma natural los pensamientos, deseos y convicciones. Hay personas que pueden ejercitar ambas cosas, una, o ninguna.

Me parece (puedo estar equivocada), que el hecho de que este señor bastante inteligente esté comunicándose con alguien y de repente desaparezca sin despedirse por días, semanas, y no se comunique hasta que prácticamente lo obliguen,  es una muestra cierta de que este señor bastante inteligente, lamentablemente para él, no aprendió las dos palabras mágicas.  Reemplazó a las personas por computadores, libros, películas, etc., lo cual lo alejó cada vez más de la gente que quería ser su amigo.

Y así, cada vez se iba quedando más solo.  Y aunque dijera que eso le gusta, no le creían, los seres humanos recibimos la bendición de comunicarnos y es esencial para nuestra vida.

Diferente es no querer comunicarse con una persona en particular;  pero eso se soluciona también con palabras simples:  "no quiero escribirte ni que me escribas". 

Lo tratado era tan simple y tan difícil para el señor bastante inteligente, que los pocos amigos que le quedaban, al no encontrar empatía ni asertividad en este señor bastante inteligente, se fueron retirando,  y un día este señor inteligente, sólo pudo hablar en su trabajo, donde no hay amigos.

Qué pena por el señor inteligente, que no supo darse cuenta a tiempo y aprender las dos palabras.

Pero, a todos nos llega el momento de mirar para atrás y preguntarse "¿qué hice de mi vida?" (perdón por los signos, pero eran necesarios), y tal vez sea muy tarde para recuperar el tiempo y los afectos perdidos.  Y ya no habrá vuelta atrás.

Maru

sábado, 25 de noviembre de 2023

De azahares y pandemias

 

En el futuro, si tengo nietos (parece que no), les contaré que nací en la ciudad donde ocurrió el terremoto más grande de la historia de la humanidad (Valdivia, Chile); que crecí en una dictadura brutal, y viví el tránsito a la democracia sin revolución; que viví dos megaterremotos, uno con tsunami que hizo bolsa la costa de dos regiones; que vi el rescate inédito de 33 mineros que sobrevivieron meses bajo tierra; que tuvimos a la primera mujer presidente de la historia de Chile y Latinoamérica; que vi la erupción de los volcanes Calbuco y Chaitén; que vi a la selección de fútbol chilena ganarle dos copas históricas a Argentina; que también viví una revolución por causa de subir 30 pesos el pasaje del metro, en que el número de la gente que protestaba era dividida por 10 por las autoridades; que hubo una represión brutal por parte del ejército y policía que dejó muertos, mutilados, ciegos, torturados y abusados sexualmente. Y en medio de todo esto... llegó una pandemia global que nos obligó a escondernos en casa porque se propagaba por el aire; vi cómo los políticos quisieron seguir robándole al pueblo y cómo algunos valientes se la jugaron... Que tuvimos un presidente de 37 años. Y seguro que se agregarán muchas cosas más con el tiempo y que me quedo corta...

Y mis nietos me mirarán y dirán:

¡Puta la vieja mentirosa!

Saludos

Maru

lunes, 6 de noviembre de 2023

Yo no leo novelas románticas (desahogo de Marcelo)



Las románticas son una secta casi religiosa. Nada las distingue a simple vista, nada las destaca, pero existen, están, se mueven entre nosotros.  Las románticas hacen de sus vidas un culto al relato amoroso, los personajes de sus libros existen realmente, la vida transcurre primero en el plano literario y después en el real. Bueno, es que el real para ellas es claramente el otro.Cuando mi mujer me llama "Jamie", por ejemplo, es porque el hecho de que en realidad yo me llame Marcelo es para ella absolutamente abstracto. Ella a quien ama es a Jamie, y yo -es decir Marcelo- soy apenas la palidísima sombra de lo que puede ser un héroe de las novelas románticas.  Si yo no hubiera asumido eso hace tiempo tal vez me habría separado, pero opté por aceptarlo y yo mismo a veces en la soledad me llamo "Jamie", y lo que es peor (horrible, realmente) es que también me desprecio (como Marcelo). Y sin haber leído nunca una novela romántica.  A veces se me da por observar a mi mujer cuando lee alguna de sus novelas. Está tan abstraída, que yo le podría saltar encima y ella no se daría cuenta. Si yo le hablo en ese momento levanta su cabeza lentamente para mirarme como a la distancia, lejanamente. Yo comprendo entonces que ella anda por quién sabe qué siglo y en brazos de quién sabe qué hombre.  Pero lejos de inquietarme yo sé que esas lecturas pueden tener un gran beneficio para mi. Obviamente que Jamie, o Peter o Edward o como se llame el héroe de turno, podrán tener lo suyo pero a favor mío corre la irremediable tangibilidad. Muchas veces he visto a mi mujer terminar un capítulo para quedarse mirándome con libinidosa apetencia, entonces no importa si se me tira encima llamándome Jamie o lo que sea, lo cierto es que se suceden momentos de fragoroso cariño, inolvidables.  La casa tiembla, vuelan las prendas, los armarios se resquebrajan, todo viaja por el tiempo y por el espacio y hasta la explosión original del cosmos es una papita.  Cuando todo cesa ella vuelve a su vida de lecturas con la devoción de siempre, y yo, agotado y dichoso, pienso entonces: qué cosa extraordinaria es la novela romántica.

Marcelo

miércoles, 25 de octubre de 2023

Tus ojos

Dicen que los ojos son el espejo del alma.
Observo tu mirada y veo tantas cosas en ella:
preocupación,
enojo,
tranquilidad,
amor,
sueños,
esperanza,
emoción,
olvido.
Tu vida entera pasa por tus ojos y yo lo sé.
¿Qué ves tú en los míos?

lunes, 25 de septiembre de 2023

Huellas

Puedes creer que no eres importante en este mundo.
Pero alguien bebe café cada mañana en la taza que le regalaste.
Alguien escuchó una canción que le hizo pensar en ti.
Alguien recordó tu broma y sonrió.
Jamás pienses que no influyes en nada,
seguro has dejado tu huella en alguien.



lunes, 7 de agosto de 2023

Cartas a Chepita (fragmento) Jaime Sabines

 "Te quiero como para invitarte a pisar hojas secas una de estas tardes.  
Te quiero como para salir a caminar, hablar del amor, mientras pateamos piedritas.
Te quiero como para volvernos chinos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa las calles.
Te quiero como para ir contigo a los lugares que más frecuento, y contarte que es ahí donde me siento a pensar en ti.
Te quiero como para escuchar tu risa toda la noche.
Te quiero como para no dejarte ir jamás.
Te quiero como se quiere a ciertos amores, a la antigua, con el alma y sin mirar atrás."


(Me gusta mucho Jaime Sabines, mexicano, su prosa y poesía son muy lindas)

Saludos

martes, 25 de julio de 2023

Mujer




Mujer, cómo no advertiste.  Cómo no intuiste cómo sería tu vida al unirte a ese hombre.  Lo hiciste con la imprudencia de quien sabe que le queda poco tiempo.  Era otra época, lo sé.  Pagaste caro tu apuro.  No pensaste que el amor es el ingrediente principal de un matrimonio.  Sin él, no hay nada.  Es cierto, cuesta mantenerlo, pero si no empiezas con él ¿cómo lo haces con el natural desgaste? 

A la primera señal ¿cómo no huiste? Cómo no pensaste que la violencia es un espiral y que después de las disculpas, los perdones y las lágrimas habría otra y otra y otra vez.

Cómo no advertiste en su mirada que no ibas a ser feliz.  Cómo te cegaste, cómo no pusiste atención a los detalles, que decían a gritos qué tipo de hombre era.

Luego fue tarde para ti, dos hijos a los que criar, mantener, educar.  En tus tiempos no era cuestión de decir “me voy” o “te vas”, había que quedarse porque económicamente dependías de tu marido.  Pero no era tu caso, siempre trabajaste, tenías una profesión, trabajaste incluso más que él.  Mientras él se iba de parranda, tú trabajabas, cuidabas de tu casa, tus hijos y sufrías en silencio.

¿Por qué no te fuiste cuando aún era tiempo? 

¿Por qué ahora tengo que visitarte en una tumba y llevarte flores que se robarán o marchitarán muy pronto?

¿Por qué no pudo llevarte flores frescas alguna vez?  ¿Por qué no entendió que sin ti, él no era nada, como claramente lo sabe ahora entre rejas?

¿Y ahora qué harán tus hijos?  Perdieron a su madre y perdieron a su padre, que poca pérdida es, en realidad.

Y todo por no estar sola.

Todo por decir “mi marido…”

Todo por no ser diferente, por no ser parte de esa minoría que se queda sola.

martes, 27 de junio de 2023

Carta

Hoy quemé tu carta.  La única carta que me escribiste.  Y yo te he estado escribiendo, sin que tú o sepas, día a día.  A veces con amor, a veces con desolación, a veces con rencor.  Tu carta la conozco de memoria:  catorce líneas, ochenta y ocho palabras, diecinueve comas, once puntos seguidos, diecisiete acentos y ninguna verdad.

domingo, 11 de junio de 2023

Te presto mis zapatos

Ven,
te presto mis zapatos,
para que te sumerjas a jugar un rato
en las mismas aguas donde yo me ahogué.

Ven,
te presto mis zapatos,
para que camines la vereda de mi vida
y tal vez puedas comprender.

Ven,
te presto mis zapatos,
vive lo que yo he vivido
y dime si aún te molesta mi proceder.

Ven, te presto mis zapatos,
siéntete como me he sentido
y entonces me cuentas
si aún puedes ser tan cruel.

Sólo sabes una parte de la historia
y juzgas desde lo que puedes ver.
¿Quieres ver el panorama completo?

Ven,
te presto mis zapatos,
camina mi trayecto
y dime si te duelen los pies.



(Varios me han pedido que ponga mi correo electrónico.  Ahí va:  marulandia2014@gmail.com)


domingo, 4 de junio de 2023

Sólo soy yo

Nunca he tratado de ser quien no soy.  Ni mejor ni peor.  Ni para caer bien ni para caer mal.  Sólo soy.

¿Y qué soy?  una más de este planeta, pero a la vez única.  Por ahí dicen que menos mal que soy única porque otras como yo sería mucho.  Bromas, espero que cariñosas. Pero si tengo que hacer un relato sobre mí misma,  diría que siempre he sentido que no encajo mucho en este mundo; diría que en este momento estoy estancada.  Mi vida se ha reducido  a la comodidad de mi hogar, a leer, a ver películas, dormir y a veces escribir.
Sí, sé que tengo una condición que hace que sea una línea recta con algunos episodios de manía donde todo se vuelve loco y me convierto en una hiperactiva e hiperventilada donde mi cerebro no descansa, ni siquiera para dormir.  
Pero he notado que estos episodios casi han desaparecido y no sé si es bueno o malo.  A veces echo de menos esa creatividad y actividad que tenía.  Eso de siempre estar buscando qué hacer, mis manualidades, he pasado por muchas y al final nada termino. No sé si el resto de mi vida será así, pero siento que me estoy perdiendo de mucho, me he vuelto ermitaña y antisocial.  No digo que me aburra, yo nunca me aburro de mí misma, de mi soledad.  Pero me gustaría ocupar mi tiempo en algo más creativo.  Y a veces también deseo tener amigos, salir con ellos, compartir.  Y sin embargo, no hago nada por conseguirlo.  
Creo que soy un bicho raro, ¿hay por ahí alguien como yo?
Tal vez podríamos empezar una amistad virtual.
Cariños a todos.

jueves, 11 de mayo de 2023

Sólo eres tú

No es el príncipe azul, tampoco tus padres, tus hijos ni tus amigos los que te van a "rescatar".

Es tu energía sagrada la que un día se despierta y te recuerda quién eres, de dónde vienes y cuál es tu misión.

Confía y refúgiate en ti.


Leído en la web

martes, 18 de abril de 2023

 Carola



No sabe qué pasó.  Qué jugarreta del universo hizo que lo viera, o mejor dicho, viera su foto.  Desde ahí su paz se acabó.  

​Ya no estás en edad, se dijo.  ​Tienes compromisos, se recuerda.

​Y lo sabe, y no va a dejar de tenerlos por una foto.  Pero es una foto que la persigue.  Poco intercambio de palabras, tan sólo algunas por el medio frío de las redes sociales.  Lo justo y necesario.

​No sabe casi nada de él.  Sabe en qué país vive, su edad, su figura, nada más.

Y sin embargo sueña despierta ¿dónde se le torció el camino? ¿dónde se agrietó la coraza?  ¿cómo recupera la paz?

Es raro pensar que le piensa y él apenas sabe que existe.

​No espera nada, pero eso no le impide soñar. 

De pronto el diálogo se hace más fluido, no más personal, sólo hablan más, y eso significa que sus sueños se desbocan.  Se ríe de su propia estupidez, no significa nada, sus charlas no son nada personal ni íntimas, sólo cosas generales, aunque va sabiendo más cosas de él.  Con eso le basta, con eso le debe bastar.  Ya no está para fantasías adolescentes, se dice, pero...​

sábado, 8 de abril de 2023

Realidad

No somos más que el tiempo que nos queda

caminando hacia el olvido que seremos.

Es duro, pero es así.

El resto, literatura.

Lo mejor es no pensarlo mucho:

seguir andando,

tomar café, 

enamorarse, 

ver la lluvia...

miércoles, 15 de marzo de 2023

Respira

“Respira”
No supe de dónde vino esa voz.   No era capaz de moverme.
“Respira, no pasa nada”
Estaba en pleno ataque de ansiedad.  No sé si la gente me miraba, no era consciente.
Sólo sentía morir, mi corazón latía desenfrenado, me sentía fatal, no podía hablar ni abrir los ojos.
No era consciente de que estaba en un lugar público.
De todas las voces que escuchaba, sólo ésa me llegaba “Respira”
Los mareos fueron pasando y pude abrir los ojos, sólo para encontrarme con otros.  El que me decía “Respira”.   
Cómo lo agradecí.   Y más agradecí que se quedara a mi lado, un hombre que sin duda tenía cosas qué hacer, que iba a algún lado, tal vez apurado, tal vez atrasado.
Incluso tuvo la deferencia de conseguirme un vaso de agua.
“¿Estás mejor?  recuerda, sólo tienes que respirar”.
Una sonrisa y un “adiós, cuídate”.
“Respira”
Y por fin respiré.
Un héroe anónimo, mi salvador.
Gracias. 


martes, 28 de febrero de 2023

Hay veces

Hay veces en que las personas que menos tienen son las que más dan.  Quizás sepan lo que es tener poco.

Hay veces en que las personas que no tienen un título son las más sabias.  Quizás la vida enseñe más que los libros.

Hay veces en que las personas más lastimadas son las más bondadosas.  Quizás un corazón herido entiende cómo no causar dolor a otros.

domingo, 5 de febrero de 2023

Mariposas



El secreto no es correr

detrás de las mariposas.

El secreto es cuidar

el jardín para que

ellas vengan hacia ti.

(lo leí por ahí)

martes, 24 de enero de 2023

martes, 13 de diciembre de 2022

jueves, 1 de diciembre de 2022

Y llegaron los extraterrestres

Era un día normal, con mucho sol, cosa extraña por aquí, y fui a dar un paseo con mi perrita Pelusa, para que jugara un poco.

Fuimos a una plaza cercana recién hecha, linda, mucho pasto verde, bancos para sentarse, etc.

Pelusa jugaba ajena a su dueña que trataba de esquivar el sol.   

Y de repente, algo pasó.   Algo extraño, pero lo más extraño, es que al parecer sólo yo lo vi.

Una nave nodriza apareció sobre mi cabeza, enorme, como son las naves nodrizas.  No, no salieron mininaves bombardeando al mundo ni nada.  Había mucha gente circulando porque era día de feria, pero nadie se percató de que yo estaba siendo visitada por una nave.  Estaba recuperándome del asombro (cerrando la boca, en realidad) cuando se abre una puerta y empiezan a salir unos ¿humanoides? pequeños, cabeza grande y ojos enormes.  Por supuesto yo me resistía a creer.  Pensé que había tropezado y caído y estaba inconsciente, que las luces blancas que veía eran del pasillo del hospital, pero no, de repente una voz muy de barítono me preguntó si quiero irme con ellos.  ¿Admiten animales? pregunté.  NO, no puede ir, dijo volviéndose hacia Pelusa.   Entonces no, gracias, dije.  Lo extraño es que no estaba asustada, veía a la gente pasar como si nada, era mi pequeño universo el que estaba siendo invadido y nadie notaba nada.   No insistió, sólo me preguntó si me podía sacar una foto para justificar su venida a este mundo.  ¡Claro!  qué mal haría una foto.  Tal vez allá de donde vengan también tienen revistas de papel couché, o Facebook, Instagram o alguna parte donde me haría famosa como la terrícola que no quiso ir con ellos.

Me puse en pose, no puedo decir la mejor pose porque no tengo mejor  pose, pero igual me cegó su flash.   ¿Puedo tener una copia de la foto? pregunté (no todos los días te saca una foto un extraterrestre).  En tu casa estará cuando llegues me dijo.  ¿Allanamiento de morada?  en fin, lo dejé pasar, no creo que quisieran robar algo en mi casa, nada valioso hay allí. 

Y así, sin despedirse, subió por el aire y entró en la nave nodriza que como una estrella fugaz desapareció en el aire.   

Fui apurada a casa, llevando a Pelusa en brazos, no fuera que volvieran a buscarme y la dejaran sola, y cuando llegué no había cerradura forzada, todo estaba igual, salvo... sobre la mesa estaba la foto que me tomó el extraterrestre con una nota:  "Bienvenida al universo Kaliyi ".




miércoles, 21 de septiembre de 2022

jueves, 1 de septiembre de 2022

INDIFERENCIA


Me urgía encontrar trabajo.  No era fácil, joven, pero poca experiencia.  Había trabajado aquí y allá y hubo largos períodos de cesantía.

Al fin conseguí una entrevista en un prestigioso estudio de arquitectos.  Preparé mis bocetos, planos y mi poca experiencia en una ordenada carpeta.  Según yo, no debería irme mal, pues no pedían experiencia previa.  Era un estudio joven, aunque en poco tiempo se había hecho un nombre en el mundo de la arquitectura.

El día llegó y yo, con mi mejor traje, llegué diez minutos antes.  Pasados veinte minutos, la secretaria me hizo pasar a una oficina.  Abrió tan rápido la puerta que no alcancé a leer el nombre en la placa.  Sentada a un escritorio estaba una mujer joven, parecía más joven que yo.  Estaba mirando mi currículum y apenas levantó la vista para indicarme una silla donde sentarme.

No me sentí muy cómodo, algo me decía que no me iría bien.  Sin levantar la mirada me resumió el trabajo del estudio y lo que se esperaba del candidato al que contrataran. Le tendí mi flamante carpeta y la miró pero no la abrió, la dejó a un lado y puso mi currículum encima.

Siguió viendo unos papeles y de repente se dio cuenta de que yo seguía ahí;  me dijo que estaban entrevistando a otras personas y que me avisarían en caso de sí o de no.  Y sin más palabras, me despidió al tomar el teléfono.

Me fui algo frustrado, no me hizo ninguna pregunta, en realidad, casi no me miró.  ¿Cómo elegiría a  la persona para el puesto?

En fin, con el ánimo por el suelo, me fui con la sensación de haber perdido otra batalla.

Di un par de vueltas para calmarme, y decidí almorzar en un café restaurante pequeño que encontré después de caminar un tramo.

Entré y me senté al fondo, no quería encontrarme con nadie conocido, quería ser invisible en ese momento.  Además, desde allí podía entretenerme mirando a los comensales .  Era hora de colación, así que empezaron a llegar grupitos a sentarse en diferentes partes.  Y entonces la vi; la mujer que me había entrevistado.  Entró conversando y riendo con tres compañeros.

Tomaron asiento en una mesa cercana.  Me vio, estoy seguro, un segundo su mirada se detuvo en mí y siguió hablando con sus compañeros mientras tomaba asiento.  Quedó a mi vista, pero en ningún momento miró hacia donde estaba yo.

Me sentí mal, no sabía por qué.  Había estado en la oficina de esa mujer por lo menos diez minutos y era como si nunca me hubiera visto.

Recordé que casi no me miró, que nunca pronunció mi nombre, ni tampoco se presentó.

Y ahí estaba, compartiendo un ameno almuerzo con sus colegas, hablando y riendo como se hace con los conocidos.

Y ahí lo supe .  Lo que me había frustrado y me había hecho poner hasta mal genio. 

Su indiferencia.  Sí, esa indiferencia con la que me trató toda la entrevista e incluso ahora.

Eso definitivamente echó a perder mi día.  

Nunca supe quién era realmente, pues a los pocos días recibí un correo diciéndome que no había sido elegido.  Otra frustración.  

No dejo de pensar qué hubiera pasado si me hubieran dado el trabajo y tuviera que verla todos los días.

¿Me vería? ¿Se aprendería mi nombre? ¿Tendría que trabajar con ella?  

En fin, me quedé sin respuestas; sólo con su indiferencia y sin trabajo.


domingo, 24 de julio de 2022

Oscuridad

 


Una ciudad no se hace en un día.  Pero sí se puede destruir en un día.  Basta un incendio, una lluvia persistente y torrencial junto con una salida de río. Tal vez un apagón.  Millones de personas sin luz, sin Internet, sin comunicación, sin teléfonos ni celulares.  Sin televisión.  Tal vez eso sería lo que destruiría la ciudad.  

El hombre, desprovisto de sus más grandes adicciones, se convertiría en un ser maligno, saldría en las sombras a mitigar su ira.  Destruiría todo a su paso, robaría, saquearía, violaría, cobraría venganza por los agravios que hubo sufrido, verdaderos o imaginarios.

Las familias tendrían que hablarse, y saldrían a la superficie la ira, la rabia, la incomprensión, los celos, los temores y los más oscuros pensamientos, y, así, también el pilar de la vida se destruiría.

¿Y qué vendría después?  No lo sé y no lo quiero saber.


sábado, 9 de julio de 2022

ABUELA, ¿CÓMO SE AFRONTA EL DOLOR?




"Con las manos, cariño. Si lo haces con la mente, en lugar de aliviar el dolor, éste se endurece aún más".
"¿Con las manos abuela?"
"Sí. Nuestras manos son las antenas de nuestra alma. Si las mueves tejiendo, cocinando, pintando, jugando o hundiéndolas en la tierra, envías señales de cuidado a la parte más profunda de ti. Y tu alma se ilumina, porque le estás prestando atención. Entonces las señales del dolor ya no serán necesarias".
"¿Las manos son realmente tan importantes?"
"Sí, hija mía. Piensa en los bebés: comienzan a conocer el mundo gracias al toque de sus pequeñas manos. Si miras las manos de los viejos, te cuentan más sobre su vida que cualquier otra parte del cuerpo. Todo lo que se hace a mano, se dice que está hecho con el corazón. Porque es realmente así: las manos y el corazón están conectados. Los masajistas lo saben bien: cuando tocan el cuerpo de otra persona con sus manos, crean una conexión profunda. Es precisamente a partir de esta conexión que llega la curación. Piensa en los amantes: cuando se tocan las manos, hacen el amor de una manera más sublime".
"Mis manos abuela... ¡cuánto tiempo no las he usado así!"
"Muévelas, mi amor, comienza a crear con ellas y todo dentro de ti se moverá. El dolor no pasará. Y en cambio lo que hagas con ellas, se convertirá en la obra maestra más hermosa. Y ya no dolerá más. Porque habrás sido capaz de transformar su esencia".

jueves, 9 de junio de 2022

¿Sabías?

 ¿Sabías que la lombriz no tiene ojos, no tiene oídos, no tiene dientes, pero tiene 10 corazones?

De ahí el dicho "soy feliz como una lombriz"




Maru

sábado, 4 de junio de 2022

A veces no se puede viejo, no se puede


Uno tiene que curarse primero. Te andan obligando a disfrutar el momento, a soltar lo que te hace mal, a dejarte fluir con las circunstancias y a entregarle todo al Universo para que suceda lo que convenga. Uno primero tiene que curarse. Dejen de mentirle a la gente rota que todos sabemos que a nadie deja de sangrarle la herida por poner las patas en el agua y acariciar al perro mientras se les agradece la existencia a las tostadas que comemos todas las mañanas. La gente pide magia para que no duela y entonces se lo cree, y después los ves por ahí sintiendo culpa por no tener los huevos necesarios para salir a bailar y reírse a carcajadas mientras acaba de enterrar en el medio del pecho al amor de su vida. Termínenla. La gente rota guarda pedazos de vida que necesita sanar. Necesitan abrazos que se acomoden como mantas capaces de apretarles bien los cuerpos hasta que dejen de supurar. Tienen que dejar de supurar. Tienen que sanar. Están lastimados, no son tontos. No necesitan escuchar lo que hace rato están tratando de hacer y no pueden. A veces no se puede viejo, no se puede. Es que la vida a veces duele. Duele. La pérdidas, los desengaños, los desencuentros, los abandonos, las decepciones, los sueños frustrados, las promesas incumplidas... Duele. Todo eso duele. Entonces antes de meter las patas en el agua y sacarse una selfie acariciando al perro, tienen que sanar. Y para sanar hay que saber frenar. Mirar lo que nos sacudió el cuerpo y el alma y frenar. Frenar para ver, para entender, para reconstruir y también muchas veces para terminar de destruir. Córtenla con esas pelotudeces de que el que no se anima no es valiente, agitando esa pseudo libertad que se supone hay que poner en marcha porque mañana puede ser que se termine el cuento. Dejen de molestar a la gente que está haciendo su duelo, que se está encontrando con su pena, con su soledad y sus vacíos. Respeten. No sean mentirosos. Todos sabemos que a veces simplemente no se puede. No se puede. Esa gente se está sanando. Se está enfrentando a sus fantasmas y a sus tormentas porque para poder salir a bailar con la música a todo lo que da, primero hay que saber curarse. Eso es la vida. Asumirlo es el paso necesario para poder pararse cuando se pueda y como se pueda. No apuren a la gente. Dejen que se curen, carajo, Y después quizá sí. Con menos dolor, con la herida ya sanada y con el cuerpo mas liviano, que pongan las patas donde las quieran poner , que cumplan esa cuenta pendiente por hacer, que llamen a quien tengan que llamar, perdonar a quien no pudieron perdonar y que si se les canta el culo le agradezcan al Universo y a las tostadas por todo lo que les da. Pero dejen que la gente se sane . Dejen que se curen, carajo.


Lorena Pronsky

viernes, 27 de mayo de 2022

Mi "lápiz"

 



De repente mi "lápiz" se bota en huelga , se enreda y se niega a derrochar su tinta. Lo respeto, respeto su inmovilidad y su negativa.
Hoy es uno de esos días.


Maru


viernes, 20 de mayo de 2022

Regalo

 


Te dedico la Luna. Mejor no. Ya muchos la han dedicado. Es más, quizás ya te la dedicaron muchas veces y la volviste a aceptar con la misma sonrisa, con la misma ilusión. Pensando que ésta puede ser la definitiva. Y tampoco fue la definitiva. La Luna ha sido regalada muchas veces sin saber. La han prostituido con amores banales que terminan por estúpidas decisiones. No le hagamos eso.

Te regalo una rosa. Mejor no. Ya muchos han regalado rosas.  Es más, quizás ya te regalaron muchas docenas y las aceptaste con ese usual brillo en tus ojos, con esa ilusión que tanto te caracteriza. Quizás las colgaste boca abajo en tu closet intentando conservarlas, pero al igual que todas las otras rosas, terminaron en el mismo basurero municipal siendo nada más que polvo.

Te regalo un peluche. Mejor no. Ya muchos han regalado. Es más, quizás ahora yo utilizo de almohada ese peluche que otro te había obsequiado. Siempre terminan llenos de polvo y deshechos por el azar y tus tempestades. Puede ser que le hayas derramado lágrimas de varios viejos amores. Terminan siendo la representación miserable de un amor que no duró ni trascendió. El recuerdo insensato y constante de otro de tus fracasos.

Te regalo un perfume. Mejor no. Ya muchos han regalado. Es más, ese mismo aroma te servirá para ir después por la vida. Lo olerán muchos, y les gustará a muchos otros. Acercarás a muchos a través de tu aroma y estaré de regreso en tus pensamientos, aun cuando no debería. Si no te tengo conmigo, tampoco quiero estar en tus pensamientos. No me interesa estarlo y tampoco quiero que mi recuerdo te persiga.

Por eso, te regalo este poema que será sólo tuyo. Prometo no volverlo a regalarlo.


(Desconozco el autor)

lunes, 16 de mayo de 2022

Miedo

El miedo es una boa que se enrolla en tu cuello  y no te suelta.  Sientes cómo te comprime la garganta, el pecho, no te deja respirar y luchas para que el aire entre a tus pulmones.  El corazón se desboca.  Es un momento aterrador.

Luego, de a poco, sientes que te empieza a soltar.  Luego empiezas a preguntarte por qué, de qué y a dónde va ese miedo.

Sientes que te va abandonando, que la boa te va soltando y por fin puedes respirar.

La cabeza deja de dar vueltas, tu cara toma color de nuevo y sabes que lo has logrado;  una vez más.


Maru