Carta de una mujer a un hombre:

Querido:
¿Qué puedo decirte que ya no se haya dicho? Tal vez mis palabras sean las mismas de tantas, pero a la vez no lo son, porque las invento para ti, sólo para ti.
Te amo ¿te has preguntado todo lo que encierran esas dos simples palabras? Encierran tanto dolor, tanta pasión, tanto anhelo, tanta frustración, tanta pasión, tanta angustia,tanta felicidad, tanto abandono, que no creo que pueda existir algo igual.

Querido, nuestra relación ha sido difícil, especial, ha ido de extremos, se nutre de tantas cosas, algunas tan ambiguas; es tan especial que a veces no sé si la palabra amor cabe en ella.
Si pudiera decirte lo que encierra mi corazón, que desespero cuando no te veo, que cada vez que algo me llama la atención, en lo único que pienso es en compartirlo contigo.
En las noches desespero por tus abrazos, por sentir tu piel junto a la mía, por sentirte respirar. No sé si algún día podremos ser uno todas las noches; no sé qué nos depara el destino para este amor tan espcial y único.
Pero espero con ansias, con anhelo, con alegría, pues estoy convencida de que somos el uno para el otro, y que alguna vez lo sabrás. Lo sabrás y te darás cuenta de que todo este tiempo hemos sido mucho más que amigos, hemos sido hermanos, cómplices, socios, amantes, enemigos, iguales, lejanos.
Nos hemos abandonado, amado, divertido y también herido.
Pero siempre hay un hilo que nos ata. Un hilo invisible que no sé de qué es: si de oro, si de plata, si de alambre o de un simple hilo de coser.
No importa, nos han atado y ya no sé si podremos desatar ese nudo alguna vez.
Maru 2007