jueves, 8 de marzo de 2007

Día de la mujer....


La comunidad interamericana enfrenta un particular desafío en materia de derechos humanos: lograr que el conjunto de derechos -civiles, políticos, económicos, sociales y culturales- sean parte de la vida de las personas.

América Latina es el continente más desigual del mundo y las condiciones de pobreza que padecen mujeres y hombres de la región, tienen graves implicaciones en el ejercicio de la ciudadanía y del conjunto de derechos. Pero además, la pobreza tiene un marcado rostro e impacto de mujer. El Instituto Interamericano de Derechos Humanos se une nuevamente a las celebraciones mundiales en ocasión de conmemorarse el Día Internacional de la Mujer, que simboliza la lucha por el goce y ejercicio pleno de los derechos humanos de la mitad de la población mundial: las mujeres. Hombres y mujeres experimentan la pobreza de manera diferenciada.

En AméricaLatina y el Caribe, las mujeres sufren una serie de desventajas que comprenden el trabajo doméstico no remunerado y la falta de reconocimiento social, el mayor desempleo y la discriminación salarial, así como la desigualdad del acceso, uso y control de los recursos productivos y la lentitud del progreso de su participación política. La pobreza y el ejercicio pleno de los derechos económicos y sociales están profundamente relacionados, afectando además a los derechos políticos y al ejercicio de la ciudadanía.

En el año 2000 la ONU señalaba que de los 1.500 millones de personas que viven con 1 dólar o menos al día, la mayoría son mujeres. Esta situación no cambia en América Latina hoy: "La promoción de la igualdad y equidad de género no es solo un fin en sí mismo, sino un medio indispensable para la consecución de la meta de reducción de la pobreza" (Objetivos de Desarrollo del Milenio).
Por otra parte, el cobarde flagelo de la violencia contra la mujer, en el ámbito doméstico y público, es una violación continuada que aún no se ha podido erradicar y en varios países de América sigue siendo una amenaza y agresión a la dignidad e integridad de las mujeres. Es en el marco de la desproporcionada cultura patriarcal donde se han desarrollado las agresiones públicas y violencia masculina, que en algunas zonas de América son auténtica tragedia humana.

(Roberto Cuéllar)

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