No es nada y puede ser mucho. ¿Te das cuenta de cuánto dura un día? ¿Cuánto hace que no suena el teléfono?
Mucho tiempo sin caminar descalza.
Pedí pintar tu cabeza. - No, ni lo sueñes, me respondiste.
Prefieres seguir con esas nubes blancas, OK.
La blusa negra, ésa que te gusta tanto, me queda bien, no hay que lavarla tan seguido como la blanca.
Te niegas a mirar mis cortes, la sangre subía, bajaba. Y tu mirada sólo lee mis cuentos, me siento indefensa, peor que desnuda, perdóname la vida, no ando agachada, quiero privilegios, quiero ser la favorita, discutamos los horarios, los aumentos, hagamos contratos prolongados, no quiero ofrecimientos simulados.
Quiero que me proceses, digieras y me archives en tu disco duro, tan duro como un derechazo de Mike Tyson.
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El alma se alimenta de palabras, y tus palabras son muy importantes para mí. Déjame algunas y seré muy feliz.