He hecho otro descubrimiento, aunque no sé si es eso o es una excusa, jejej. Generalmente yo no tengo tiempo ni muchas ganas ni energía para hacer las cosas que me gustan como bordar. También me encantaría tener la habilidad para hacer otras cosas. Entonces, me frustro. Y cuando miro diferentes cosas, blogs, páginas, etc. donde muestran cosas taaaaaaaan lindas, de nada me empiezo a poner verde y a sentirme miserable e inútil. Y eso se llama envidia.
Pero ¿cómo no va a envidiar una las manitas que hacen cosas tan maravillosas? ¿o las cabecitas a las que se le ocurren hacer de algo tan sencillo como una bandeja de huevos un costurero así de primoroso? No, chicas, la envidia no viene con una, nos incitan, nos la inyectan, así que sintamos envidia de la buena y bien verde sin remordimientos.
¡He dicho!
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