domingo, 25 de febrero de 2007

Renuncia...


A pesar de todo lo que logremos, si no logramos lo que es fundamental para nosotros, el resto es oropel, no basta, no sirve. No podemos escapar del dolor, porque la vida siempre produce más.

Hoy renuncio, hoy me doy por vencida, hoy dejaré de creer en utopías y de imaginar situaciones que no son. No lo he conseguido y el aceptarlo es un golpe más contra el muro. Pero el definitivo, el que tardará en sanar. Ahora no quiero nada, mi vida gira como un barco a la deriva que ha perdido su Norte.

Llenaré mi agenda con citas conmigo misma, todos los paseos serán conmigo. No he visto caer la lluvia ni florecer las rosas. He estado ciega, mirando hacia donde no florece nada.

La rosa se satisface a sí misma cuando florece. Seré una rosa. Haré de mí misma el aliento de mi existencia, en vez de esperar la mezquina migaja de pan que sólo quita el hambre un momento y después, un largo ayuno, un ansioso ayuno, que no quiero, que no merezco y no aceptaré.

Debe ser posible dar un paso más, SÍ, debe ser posible.

1 comentario:

  1. Ya sabes que es mejor sola que mal acompañada, pero aún así la rosa necesita de los insectos para poder existir, todos necesitamos de los demás, no te niegues eso, hay gente maravillosa por ahí que desea encontrarte.
    Un abrazo

    ResponderBorrar

El alma se alimenta de palabras, y tus palabras son muy importantes para mí. Déjame algunas y seré muy feliz.