Será la Ley de Murphy, pero a veces no estamos preparados para las sorpresas de la vida. Y me ha pasado algo de lo más insólito. Mr. G ha sido mi amigo, amante, confidente, cómplice, socio, y todo lo que se les ocurra, por cuatro años.
Mr. Big apareció en mi vida en julio del año pasado y desde ahí ha estado conmigo en las buenas y en las malas y siempre tratando de conquistarme.
Hace unos días se me declaró formalmente. Oh! sorpresa...
Debo decir que me gusta Mr. Big , pero adoro a Mr. G aunque de otra manera, él es como mi otra mitad, mi hermano, mi hijo, en fin, parte de mi vida como un DIU y él no me suelta ni yo a él , y lo hemos intentado eh, pero no hay caso.
Y ahora me hallo en la disyuntiva. ¿Puedo quedarme con los dos? ¿es demasiado pecaminoso y políticamente incorrecto? Mr. Big es una gran persona, guapo, grandotote, de ahí su alias, y Mr. G es igualito a mí, nos comunicamos sin palabras.
Creo que tengo tarea para la almohada , porque no quiero perder a ninguno de los dos.....
Sí, a veces soy una fresca sinvergüenza. ¿Me lo permiten?
Maru